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Declaración Institucional por el Día contra la LGTBIFOBIA

LGTBIQ+

Con fecha 17 de mayo de 1990 la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. La fecha del 17 de mayo tiene desde entonces un valor altamente significativo para las personas lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales como eje catalizador de las actuaciones en favor de los derechos y contra la discriminación a la que a día de hoy debe hacer frente dicho colectivo.

Resultan evidentes los avances habidos al respecto, tanto a nivel legislativo como en lo referido al ideario social. Destacar, en relación al primero, la aprobación en Euskadi de la “LEY 14/2012, de 28 de junio, de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales” o el más reciente “Decreto 234/2015, de 22 de diciembre, sobre la documentación administrativa de las personas transexuales”. Son logros importantes que han posibilitado una mayor permeabilidad en lo que a la vivencia de la diversidad sexual y de género se refiere. Pero ello no debe llevarnos a engaño, y es que la LGTBIfobia sigue siendo una realidad.

No queremos pasar por alto en este año 2018 la complicada situación a la que debe hacer frente el colectivo en el ámbito internacional. Debemos tener presente que la LGBTIfobia es una de las formas de odio más extendidas y que se encuentra institucionalizada en los respectivos códigos penales de más de 70 países que incluyen normas represoras de las orientaciones, identidades y expresiones de género diversas. Todo ello sin olvidar los países que aún a día de hoy contemplan la posibilidad de pena de muerte para el colectivo LGTBI, así como los innumerables crímenes de odio a que el mismo debe hacer frente en numerosos países. Aunque pudiera parecer algo lejano, lo cierto es que se trata de una realidad cada vez más presente en nuestro entorno y es que las solicitudes de asilo motivadas por esta dramática situación están creciendo exponencialmente en los últimos tiempos.

La Ertzaintza registró 129 hechos sobre delitos y discursos de odio, un 25% de los mismos, por motivos de orientación sexual o identidad de género. Estos números aumentan año tras año, por un lado, porque la ciudadanía está desnaturalizando este tipo de violencia, la identifica como tal y la denuncia públicamente. Por otro lado porque estos datos son solo la punta del iceberg de la discriminación y la violencia estructural que se ejerce por motivos de orientación sexual o identidad de género y así lo evidencian, además, los datos recogidos en sendos informes sobre delitos de odio publicados por el Ministerio del Interior, o en Euskadi por Eraberean, “Red vasca para la Igualdad de Trato y No Discriminación”.

Queremos recordar, asimismo, la persistencia de un prejuicio sexual que jerarquiza y discrimina las sexualidades que difieren del marco heteronormativo; la persistencia de la patologización del colectivo trans; los constantes ataques LGTBIfóbicos de entidades con ideología marcadamente reaccionaria; los comportamientos homófobos en nuestros centros escolares; la invisibilidad que priva a la mujer lesbiana de legitimidad social y del libre ejercicio de sus derechos; la preocupante tendencia a la propagación de actitudes LGTBIfóbicas en redes sociales…

Debemos, también reconocer los aportes del movimiento LGTBI+, gracias a ellos se está visibilizando y legitimando el tema. Por ello debemos, con responsabilidad, continuar respondiendo a sus necesidades y propuestas. Y no debemos olvidar la especial protección que merecen aquellos colectivos en situación de mayor vulnerabilidad (personas mayores, migrantes, niños, niñas y adolescentes...).

Consideramos que es tarea del conjunto de Instituciones Públicas y agentes sociales construir una sociedad más respetuosa, justa e integradora a través de la asunción en nuestras agendas de trabajo de un compromiso explícito con el colectivo LGTBI que nos haga avanzar en la lucha contra los distintos planos discriminatorios aún vigentes. Y éste es el compromiso asumido por las Juntas Generales de Bizkaia

Por todo ello, las Juntas Generales de Bizkaia:

1- Reafirma que todas las instituciones vizcaínas deben actuar en base al principio de igualdad de trato y no discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, y anima a la sociedad vizcaína a defender estos principios y actuar conforme a los mismos

2- Rechaza cualquier forma de discriminación, acoso o violencia por motivos de orientación sexual o identidad de género.

3- Manifiesta su preocupación por que en Euskadi al menos se han registrado 32 denuncias por delitos y discursos de odio con motivo de orientación sexual o identidad de género que representan el 25% de todos los casos, según los últimos datos facilitados por el Departamento de Seguridad, y denuncia públicamente que esta violencia es el resultado de la desigualdad y discriminación estructural que continúan sufriendo estas personas, pese a los avances que ha realizado nuestra sociedad.

4- Continuará impulsando medidas para remover todos los obstáculos existentes para el ejercicio real y efectivo de derechos y para la prevención y erradicación de toda forma de violencia LGTBI+ fóbica en todos los ámbitos de la sociedad.

5- Manifiesta su condena a las leyes, procedimientos o medidas que por acción u omisión discriminan o criminalizan a la personas por motivos de orientación sexual e identidad de género y persiguen a defensoras de los derechos humanos en cualquier parte del mundo.

6- Insta a la Unión Europea una condena enérgica de las legislaciones contra las personas LGTBi+ y defensoras de los derechos humanos LGTBI+ en cualquier parte del mundo.

7- Insta al Gobierno de España a garantizar una especial atención en delegaciones diplomáticas y fronteras a los procedimientos y solicitudes de asilo y refugio de personas perseguidas por su orientación sexual e identidad de género y/o por su defensa de los derechos humanos de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales.